pendencia. Y dado su natural talento y superior trato é ilustración, V. sabrá hacerse cargo de ello; por eso solo me ocuparé de hacerle algunas observaciones sobre su conducta en lo tocante á cuestiones pecuniarias. Nunca olvide V. que es terminante y siempre aplicable aquello que dijo nuestro Diácono Maestro á sus apóstoles: Dignus est operarius mercede sua¹ completado con otro término aclaratorio no menos absoluto: Quien sirve al altar, del altar debe vivir; y esto debe V. (fíjese bien, digo debe) predicarle siempre, tanto porque su ilustre prosapia no lo autoriza á emanciparse de esta conducta sacerdotal, sino en evitación á la vez de precedentes peligrosos y de los abusos archiposibles que ya ha tocado V. ahí en años anteriores; además de que ciertas liberalidades y generosidades, por lo extemporáneas? é inoportunas ni siquiera son correspondidas con el agradecimiento. Después, de lo que V. cobre por su ministerio, dueño es V. de hacer, mi ilustre amigo, el uso que juzgue conveniente. En esto, debe V. ser, repito intransigente, por dignidad sacerdotal, y á veces en los pueblos por obra de misericordia y (...) por corrección fraterna. Me dice V. que el nuevo párroco le ha sido muy simpático y que cree V. que acabará por ser verdadero amigo suyo; así deseo que sea de corazón, para tranquilidad de V. y suya y para bien de esa feligresía, pero como de todos modos no ha tenido V. tiempo de conocerle á fondo, no están de más mis observaciones, ya que V. es tan bondadoso que me pide consejo. Yo, que en mi vida religiosa he tratado á muchos curas de pueblo, los conozco á fondo y sé que en general son muy apegados al interés y muy propensos al auri sacra fames², y á la vez, y á semejanza de tantas otras personas seglares y tonsuradas³, aficionados á dejarse servir y sacar el mayor lucro con el menor trabajo posible, pues á todos, frágiles y deleznables, nos gustan las castañas sacadas del fuego por dedos agenos; deseando que ese nuevo cura de ahí sea una excepción de esta triste y escandalosa general regla, y por tanto que sea innecesario todo esto que en conciencia digo; recordándole también que no basta ser paloma, hay que ser serpiente; que las cosas más dificultosas y delicadas son casi siempre de facilísima resolución en los principios de cualesquiera relaciones personales; y que la prudencia exige esa energía que recomienda un refrán castellano exactísimo: «Más vale ponerse una vez encamado que ciento amarillo». Intelligenti pauca⁴. En resúmen...

Fotografía 787: Traslación de resto humanos del viejo al nuevo cementerio. 26 Abril 1925. Figura escrito a mano el autor de la fotografía: F. Baena. Fotografía recortada de forma irregular. Tamaño: 9 x 13,8 cm.
Fotografía 788: Traslación de resto humanos del viejo al nuevo cementerio. 26 Abril 1925. Figura escrito a mano el autor de la fotografía: F. Baena. Tamaño: 6,4 x 13,9 cm.
Fotografía 789: Traslación de resto humanos del viejo al nuevo cementerio. 26 Abril 1925. Figura escrito a mano el autor de la fotografía: F. Baena. Tamaño: 5,9 x 13,9 cm.