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Descripción archivística
De Soroa Juan, Agustín
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hubo un eclipse de sol, que presenciamos en la terraza de la casa nosotros, el cura, el Chinchorro y Juan Peluca. El grumete Sebastián se reúne al venir al Puerto con nosotros y juega al dominó en el kiosco. En el embarque del 20 de Septiembre en que vino con nosotros Pepe Guillén cochero de la tía Adela, vimos unos hermosos delfines. El 21, despedidos por el cura, el Chinchorro y el Lachola y sus padres se fueron en coche directo por Totana para Murcia mamá, tía Adela y los criados; quedándome yo á desayunar en casa del cura, paseando con él y los dos grumetes por la playa; y despedido por el cura, el Lachola (que se quedó con mucha lástima y envidia de su primo el Chinchorro, los padres de ambos, Gaztambide, Mulet, Paco Vera y Teodoro Delgado, me fuí en la galera con el Chinchorro (que tiene 19 años) á Cartagena, donde pasamos un par de días de juerga los dos. Esta temporada ha sido buenísima y muy agradable, y bastante más tranquila que la del año pasado, por no haber habido chismes ni críticas, ni haber molestado los criados con sus celos ni intrigas, como en la temporada anterior; por cierto que la criada Carmen es bastante libre y provocativa. Me he dado en la temporada 40 baños. Voy á cumplir 28 años. Aunque á la chitacallando (sic), la vida que hemos llevado el Chinchorro y yo, ha sido algo tormentosa. La sociedad de resistencia ya no existe.

x 25. Año 1906. x

JULIO. El 6 salimos en coche directo por Totana para el Puerto mamá, tía Adela y yo, con los criados Victoriana, Carmen (cocinera), Carmen (doncella) y Mariano. Enseguida fueron á casa el dignísimo párroco Don Domingo Marín y el Chinchorro (que está haciendo un servicio como marinero en el Museo Naval, y le he obtenido la licencia de un mes, pues sigo muy encariñado con él). A Gaztambide le he conseguido una prórroga de un año en su destino por el ministro de Marina Don Eduardo Cobián, así que está muy agradecido. Ha muerto el 23 de Octubre pasado Don Martín Mulet, á quien sentimos mucho. El cura viene á casa casi todos los días por la mañana, y yo voy mucho a Capitanía. Mi vida en este mes...

Fotografía 491: Estación del pueblo de Mazarrón. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 5,9 x 10,9 cm.
Fotografía 492: Interior de la Iglesia de la Purísima de Mazarrón. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 10,8 x 6 cm.
Fotografía 493: Interior de la Iglesia de la Purísima en Mazarrón. 1917. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 10 x 6,2 cm.
Fotografía 494: Capilla de Jesús Nazareno en la Iglesia de la Purísima de Mazarrón. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 10,6 x 6,4 cm.

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-da, continuando uno hacia poniente, y terminando el otro en la fábrica de esparto, y cruzando ambos un rambliz?. Toda esta playa, poco extensa, se llama playa del Canal, y en su parte N. continúan las salinas.

La punta de la Reya es relativamente elevada y muy saliente en el mar, siendo también de formación volcánica, la rodean peñascos accesibles por su parte oriental y es más abordable por su parte septentrional. en su falda, al N. está situada la fábrica de esparto, que posee también para cocedor y varias labores de ella bastante terreno limítrofe de esta parte de costa, la cual, á partir de la punta de la Reya, toma la dirección del N. y forma una pequeña, pero hermosísima y limpia playa hasta la punta d ela Cebaza y una ensenadita limitada al S.E. por la punta de la Reya y al O. por la punta Chapada; Junta de las Mares, con varios pequeños islotes ó peñascos. Esta playa, notable por su limpieza y uno de mis paseos predilectos, constituye oficialmente para los pescadores el llamado bol de la Reya.

La punta de la Cebada es baja, fácilmente accesible y peñascosa por la parte del mar, donde está el peñasco del Pulpo; tiene dos pozos en sus laderas, y desde allí vuelve á tomar la playa la dirección hacia Poniente, siendo más extensa, pero tan limpia y hermosa como la de la reya, limitándose al O. por otra punta volcánica, de altura semejante á la de la Reya, llamada punta Chapada ó Junta de las Mares, pues su estrecho istmo la convierte en isla cuando hay gran marejada. Una pequeñísima playa la separa del montículo llamado la Pava que, aun cuando bañado por el mar, no forma punta, siendo peñascoso hacia el mar, y sirviendo de base á una casa del señor Esparza, que la habita los veranos.

A continuación de la Pava está la playa de Nares, buena y limpia, forma otro bol de pesca no muy extenso, y se han edificado allí unas 20 casas de planta baja, pero amplias y cómodas, residencia veraniega de habitantes de Mazarrón, que prefieren veranear en esta costa con entera libertad y sin convencionalismos sociales; siendo de advertir que este caserío no forma unidad,...

Fotografía 56: Subida al peñasco del Pepino. 1919. Firmada a mano por F. Soroa. Tamaño: 6 x 10,7 cm.
Fotografía 57: El Gachero y puerta meridional de la fábrica. 1922. Firmada a mano por F. Soroa. Tamaño:6 x 10,7 cm.
Fotografía 58: Escalera de salida en el Gachero. 1921. Firmada a mano por F. Soroa. Tamaño: 8 x 5,6 cm.
Fotografía 59: Chimeneas, Gachero y peñasco del Pepino. 1917. Firmada a mano por F. Soroa. Tamaño: 6 x 10,7 cm.

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-fé; y en la parte alta mesas de juego y una pequeña biblioteca. Esta sociedad adolece del grave defecto de admitir en su seno á personas que, por su deficiente educación y la notoria inferioridad de su clase, no serían admitidas en los círculos de otras poblaciones, por poco pretenciosos que fueran. También ofrece la contra de favorecer la ociosidad y vagancia de un núcleo de jóvenes, que admite con imprudente transigencia en su local, donde se maltrata despiadadamente á Jorge; siendo además este círculo un hervidero de la más atroz murmuración y de los embrollados chismes que desgraciadamente caracterizan á los habitantes del Puerto. Aparte de esto, el local es bonito y muy animado en verano en el que sus socios y los forasteros á que esta sociedad admite galante y hospitalariamente en un seno como transeúntes, se sientan á uno y otro lado del paseo, formando móvil terraza.

Un poco más al E. en el mismo paseo, está el Casino, el que ocupa solo la planta baja de la casa donde está ahora situada la administración de Correos. Tiene un buen billar, un despacho, una habitación de tertulia, un patio y otra sala posterior para deleite de los tahúres. Su servicio es muy parecido al de la Peña; y aunque adolece de sus mismos defectos, si bien en menor número, y también fomenta la murmuración y la vagancia, tiene por lo menos una lista de socios más selecta, y es donde se reúnen las personas más distinguidas de la localidad, que también en verano se sientan, como en la Peña, á uno y otro lado del paseo en unión de los forasteros, no menos amablemente admitidos.

En cuanto al teatro, ya me he ocupado de él, al hablar de la calle de Cartagena, donde radica.

Con el nombre de Juventud filarmónica, existe una banda de música, muy en decadencia hoy, formada por escaso número de chicos, siendo su director el sacristán Ginés González Espinosa. Se reúnen para ensayar en una modesta casa de la calle del Ángel; y su única misión es amenizar las funciones de teatro y cine, anunciarlas recorriendo la población (con obligada escala ante la Peña y el Casino), dar serenatas á algunas personas notables y situarse en el paseo de Cánovas del Castillo para tocar algunos días festivos del verano; también ameniza las procesiones y verbenas y en general todos los escasos festejos. Su existencia es bastante precaria, y ya hubiera muerto sin las funciones de cine.

Fotografía 126: Camino de las salinas. 1917. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,3 x 10 cm.
Fotografía 127: Vista general desde el camino de la fábrica de la fundición. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6 x 10,6 cm.
Fotografía 128: Estación del ferrocarril. 1917. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,3 x 10,7 cm.

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(...) Es pariente de Don Francisco Javier Hernández Izquierdo y de Don Francisco Yúfera y Hernández. Es hijo del dignísimo y en sus últimos años desgraciadísimo ayudante de Marina que fue de este Puerto y teniente de navío graduado Don Martín Mulet y Chumilla, y nieto del que también fue ayudante de Marina del mismo padre y después en el hijo toda su confianza para todos sus asuntos políticos y del servicio de la Armada en el Puerto.

De las familias Hernández y de Heredia, antiguos patrones de cabotaje y navieros, quedan en el Puerto algunos representantes del sexo femenino, algunas solteras y otras casadas, como Encarnación Heredia, cuyo marido es Eugenio, hijo de Juan Hernández Izquierdo, Doña Adela Hernández es viuda de Don Mariano Yúfera, y madre del abogado Don Francisco Yúfera (casado con Doña Rosa Guirao). Ambas familias Heredia y de Hernández están emparentadas entre sí.

Úrsula Ruíz, viuda de Antonio Barberán, tiene acreditado un estanco en la calle Mayor, y tiene una hija casada con Ginés Francés, mecánico, herrero y vendedor de efectos navales.

Del elemento avecindado en el Puerto a consecuencia de la fundación de la fábrica de fundición, está a la cabeza Don Pedro García Caparrós, oriundo de Cuevas de Vera en Almería, gerente que ha sido de la Compañía Metalúrgica desde su fundación hasta hace pocos años de humildísima extracción social, pero que ha adquirido una buena fortuna. Es el jefe de la política local y persona agradable. Tiene dos hijos: Don Francisco, casado con Doña Ángeles Gómez Vivanco; y Antonio, esposo de María Hummer. Lo mismo el padre que los hijos habitan en buenas casas en el paseo de Cánovas del Castillo, siento el padre representante y teniente en el Puerto de la política del jefe de Mazarrón Don Ginés Paredes y Lardín.

Don Victoriano Soler, madrileño, es el actual gerente de la Compañía Metalúrgica. Tiene varios hijos, y vive en el hotel de la calle Alta de Don Arturo Lafuente. Don Pedro Roth, de nacimiento alemán, es contramaestre de la fábrica de fundición y vive bajo la calle Nueva, cerca de la Puerta del Sol. Tiene tres hijos, uno de ellos casado con Laura Hummer. Tiene un hermano, Antonio, que vive con él. También es contramaestre de la fábrica y de clase inferior. Don Juan Hummer (...)

Fotografía 158: Playa de la Isla. 1917. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño:6 x 10,5 cm.
Fotografía 159: Islote de los Aviones. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,2 x 10,6 cm.
Fotografía 160: Casas nuevas en la playa de la Isla. 1922. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,8 x 10,6 cm.

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(...) consuegro de Pedro García y Don Pedro Roth, y padre del farmacéutico de igual nombre, con el cual en su lindísima casa con altos con altos del Paseo de Cánovas del Castillo. Tiene convocados como obreros en la fábrica de fundición a varios parientes de su muger (sic), de apellido Sevilla.

También son empleados de la misma fábrica y de origen almeriense los hermanos Don Diego y Don Juan Soler, el primero además agente consular de Uruguay, y ambos domicilios en el paseo Cánovas del Castillo. Agustín Jerez, comerciante, vive en la calle del Carmen y también es oriundo de la provincia de Almería. Está casado con la sobrina de Encarnación Tomás, dueña de una hospedería. Don Ángel María Cánovas, de Cartagena, el gerente de la compañía propietaria de las salinas.

Por haber olvidado hacerlo al tratar el elemento indígena, incluyo aquí a Bartolomé Meca, dedicado al comercio marítimo, rematante de pescado y con una tienda de comestibles en la calle de los Carros.

Andrés Cervantes y González, padre de mi joven y queridísimo amigo y protegido Paco Cervantes, es natural de Garrucha, maquinista de la fábrica de fundición y dueño de una pequeña casa de dos pisos en la calle del Progreso.

Entre las familias que no viven en el Puerto, pero que pasan en él anualmente temporadas más o menos largas, cito en primer lugar a los hermanos Don Ceferino y Don Manuel Albacete y Zamora, de origen mazarronero, que pasan en este Puerto los veranos en las respectivas casas de las calles Nueva y de San Vicente, vecinos de Murcia el primero y de Lorca el segundo. Poseen una gran fortuna, que tal vez se comprometa seriamente por haberles resultado un mal negocio la instalación de una fábrica de harinas en las afueras de Mazarrón. Don Ceferino está casado con (...)

Fotografía 161: Playa de la Isla. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,1 x 10,5 cm.
Fotografía 162: Playa de la Isla. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,2 x 10,8 cm.
Fotografía 163: Isla de Adentro. 1917. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6 x 10,8 cm.

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verse en el caso de interrumpir su ridícula ociosidad, molestándose y trabajando en poner los medios. Hermosa es la perspectiva que se disfruta desde el faro -dicen ellos-, pero es áspera y fatigosa la cuesta que á él conduce, y son en cambio muy cómodos los sillones de la Peña, las sillas del café, y aun las paredes de una carpintería para recostarse en ella, y pasar el rato, aun sin hablar, porque falta para ello materia y recursos. Podíamos fabricarnos -siguen diciendo los insensatos-, un brillante porvenir, trabando estudiando, complaciendo á quien tal vez nos brinda con desinteresada protección y gratuito cariño; pero ¿para qué vamos á sugetarnos á una disciplina y á aceptar cualquiera obligación que nos pueda deparar un futuro feliz, útil, dichoso y fructífero, lo reconocemos, cuando tan felices y contentos nos encontramos con nuestra vida presente, por insulsa y aburrida que sea, como no dejamos de reconocer, pero en la que no hacemos más que lo que nos pide nuestra soberana é ineducada voluntad, completamente soberana, pues nuestros padres, lejos de ponernos cortapisas, nos amparan, toleran y aun excitan nuestros caprichos y nuestra indisciplina? El trabajo es "trabajoso"; la sumisión de nuestra voluntad á la de otro ú otros nos desagrada, porque creemos que nos humilla y nos deprime; preferimos seguir en nuestro status quo, en mucho «dulce farniente», aun renunciando á las más lícitas y posibles aspiraciones, algunas de las cuales se nos presentan por quien nos las brinda con un cariño que ni hemos merecido, ni merecemos, y de tal magnitud á veces que ni siquiera hubiéramos soñado tan brillante perspectiva de porvenir; pero obremos según los dictados de nuestra rebelde voluntad, antes que aceptar yugos ni ataduras, aunque sean tan suaves como son los lazos que solo el cariño ata. ¡Funesto razonamiento en que se ve una apatía y enervamiento morales, basados en la pereza, la cobardía, la soberbia y la falta de virilidad! ¿Para qué nos hemos de ver en el caso de tener que agradecer ó por lo menos de manifestarnos exteriormente agradecidos? siguen diciendo los desdichados. Con gran pena recuerdo que al reprender á una persona del Puerto y á quien mucho quería y por quien estaba dispuesto á hacer lo que ni á soñar se hubiera atrevido, por ir al cine cierta noche del verano de 1921, contra lo que él espontá-

Fotografía 329: En la playa.1917. Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño: 5,8 x 10,3 cm.
Fotografía 330: En la playa. 1918. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 4,6 x 6,8 cm.
Fotografía 331: Escenas de baño. 1917.Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño: 6,1 x 10,8 cm.
Fotografía 332: En el baño. 1922.Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño: 5,6 x 10,6 cm.

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distinguen de modo típico y especialísimo los patrones de cabotaje, que en cuando se encargan del mando de un barco de 30 toneladas, se juzgan seres superiores y muy por encima de los demás mortales, y creyéndose obligados á mantener sus casas y familias con un boato que está muy lejos de corresponderles, y que repercute con harta frecuencia, en las deudas que contraen con los marineros de los buques que mandan, que suelen pagar con sus haberes el boato de sus patrones. Una prueba de la soberbia de estas personas es la siguiente: Hace algunos años trataba la junta directiva del Casino que entonces existía en la Muralla de hacer una obra en el edificio, y como alguien indicase la conveniencia de contar con los dueños de la finca (señores Gómez), un socio, patrón por cierto, dijo con gran prosopopeya: «—¿Es que á esos señores hay que escribirles con papel sellado?». Lo que motivó, por cierto, que enterados los dueños y justamente molestados, desahuciaran al Casino, que terminó así, después de muchos años de existencia, naciendo entonces en la playa los actuales casino y Peña. ¡Cuán exactísimamente se demuestra en el Puerto la exactitud del conocido aforismo: «No sirvas á quien sirvió, ni pidas al que pidió»! Y como la envidia es el reverso de la soberbia, se perciben muy bien en el Puerto sus cobardes y vergonzosos efectos de manera extraordinariamente cruel en muchas ocasiones, no retrocediendo ante las más graves calumnias (de todo lo cual me ocuparé extensamente después): siendo el anónimo una de las armas de que se suelen valer los envidiosos.

Pero esta soberbia, que es clásica del Puerto, no empece (sic) que se llegue al servilismo más bajuno cuando se trata de adular á alguien de quien se espera algún favor; no hay bajeza ni complacencia por vergonzosa que sea (y siempre hablando en general) ante la que retrocedan para corregir sus fines; y ya he indicado algo en el curso de este trabajo sobre el particular. Y esta labor indigna suele ser coronada con la más negra ingratitud; una vez obtenido el favor solicitado, y tan bajamente conseguido en muchas ocasiones, se suelen olvidar del beneficio; y si han conseguido de una persona veinte favores, por ejemplo, pero no se obtiene el vigésimo primer favor pedido, no se hacen cargo de que, lógicamente, se hubiera tenido voluntad de concederlo los veinte anteriores, sino que resulta esto como una raya en el agua, es decir, sin dejar huella, borrados y no agradecidos; á veces, ni siquiera se saluda al bienhechor, otras se ocultan y disimulan los beneficios para excusarse de manifiesto agradecimiento ante la gente (que no por eso suele (...) el beneficio); y aun se le calumnia y lo mismo sucede cuando se cree que...

Fotografía 241: Jardines del hotel del director de la Compañía Metalúrgica. 1917. Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño: 5,9 x 10,7 cm.
Fotografía 242: Monte del Hotel y casa de Monche. 1922.Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,3 x 10x7 cm.
Fotografía 243: Hotel de la Compañía Metalúrgica. 1917. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6 x 10,6 cm.

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Escolar sostenida por los niños de la escuela. Mucho me temo que, sino ha muerto ya á estas fechas, esté casi dando las boqueadas, pues la apatía de los padres, de los hijos y de los llamados á favorecerla así lo hacen temer.

Se han hecho aquí en varios años tentativas para formar partidos de football, deporte tan varonil y que tanto gusta á la juventud en todas partes; pero ni diez partidos se habrán jugado en total, y en el transcurso de seis ó siete años; y desde el año 1919 no se ha vuelto á jugar. Temen estos jóvenes á la fatiga, y no son materia apropiada para ningún deporte, ni aun para los marítimos, como ya he dicho.

Y creemos que basta con lo apuntado para persuadirme de la excita verdad de esa frase, tan usual aquí, aun en boca de los mismos hijos del Puerto: -"Aquí no puede hacerse ni puede durar nada útil". Además de las causas que se desprenden del estudio que ya estoy terminando, hay que añadir una inconstancia y versatilidad asombrosas, sea porque esta gente se cansa de todo, sea por ignorancia de la más rudimentaria noción de la vida, y no hacerse cargo de que, así como las criaturas nacen pequeñitas y por criar, y nunca adultas, del mismo modo todo en este mundo necesita crecer y desarrollarse para que dé los frutos esperados, necesitándose para obtenerlos mucha constancia, trabajo, paciencia y perseverancia. Tal vez en esto influya la inconsistencia del temperamento meridional, siempre ligero y frívolo, pero lo cierto es que en este Puerto es cosa frecuentísima que lo que ayer producía efervescente entusiasmo (no pocas veces exagerado é inoportuno), hoy esté, ú olvidado completamente, ó agriamente combatido por las mismas personas que antes lo favorecían ó alababan con frenesí.

Fotografía 349: Paseo de Cánovas del Castillo. 1917. Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño: 5,9 x 10,6 cm.
Fotografía 350: Casa de Don Pedro García Caparrós. 1922. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6 x 9,5 cm.
Fotografía 351: Casa de Don Pedro García Caparrós. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6 x 10,7 cm.
Fotografía 352: Hotel de Don Arturo Lafuente. 1922. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 5,1 x 10,7 cm.
Fotografía 353: Hotel del director de la Compª Metalúrgica. 1922. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,2 x 10,7 cm.

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son muy vagos, así es que no puedo precisar cuanto tiempo duró mi estancia en el Puerto, ni la época fija, aunque si sé que fué en verano. Llegué de Madrid con papá, mamá y el marinero Juan, á quien llamaba yo "el Tete", que era asistente nuestro á pasar una temporada con mis abuelos y mi tía Adela. También estaban en casa mi tío Agustín, con su esposa, mi tía Matilde y sus hijos, mis primos Eduardo (tonto), María y José María, este último de mi edad, que por cierto enfermó con tos ferina (murió en Murcia poco tiempo después) por lo que mis padres supieron á qué me contagiaré yo; lo que motivó que mis abuelos, considerando atinadamente, que era la primera temporada desde mi nacimiento que pasábamos en el Puerto, mientras que la familia de mi tío Agustín veraneaba allí con ellos todos los años, acordaron que esta familia se marchase á Murcia con el niño enfermo para tranquilidad de mis padres y evitar mi contagio. Recuerdo que mi tía Adela estaba convaleciente de una enfermedad, y me entretenía mucho. Era ayudante de Marina Don Pablo Mulet, teniente de navío graduado procedente de la carrera de pilotos, pero persona muy prestigiosa y de toda confianza de mi padre, que le estimaba mucho. Don Juan Antonio Yúfera y García era el cura párroco y Don Juan Gil era torrero. Nada más recuerdo.

x II. Año 1883. x

Con motivo de la muerte de mi abuelo, ocurrida el 23 de Mayo á los 83 aos y teniendo yo 5 años estuvieron papá, mamá y yo en Mazarrón en la casa de mis abuelos y tía Adela. También estaba allí la familia de mi tío Agustín, habiendo nacido entonces mi prima Fuensanta. Recuerdo perfectamente, como desde el año 1882, á mis ancianas tías Bernarda, Cecilia (Sissy, como la llamaba yo posteriormente), Enriqueta y Frasquita, que vivían en Mazarrón en la casa de las dos primeras. La estancia fué de pocos días y no estuvimos en el Puerto.

x 3. Año 1884. x

Tenía yo cerca de 7 años. Por estar gravísima mi abuela con fiebres perniciosas, salimos de Madrid para Cartagena papá, mamá y yo, donde conocí á mi primo Perico García Berisso, niño un año menor que yo. Esto fué el...

Fotografía 371: La Puerta del Sol. 1917. Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño: 6,2 x 10,6 cm.
Fotografía 372: Puerta del Sol y casa de Don Juan Antonio Serrano. 1920. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6 x 10,6 cm.
Fotografía 373: Puerta del Sol y calle Mayor. 1920. Firmado a mano por F. Paredes. Tamaño: 5,8 x 10,9 cm. La fotografía está recortada de forma curva en la parte superior.

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en la playa de 10 á 1 los hombres mayores de 14 años para no molestar á las mugeres (sic), pues efectivamente se hacen el agua cosas nada correctas, pero ellas protestaron y después de graves disgustos la orden quedó sin efecto. Por haber sido trasladado á Ontur, ha dejado de ser cura del Puerto Don Diego Martínez Carlos, y desde este año está en su lugar (desde antes del verano) Don Antonio Álvarez Caparrós. En la temporada me he dado 38 baños; y no ocurrió nada digno de mérito; pasando admirablemente la temporada, como estos años anteriores. En el resto del personal no ha habido alteración. Salimos todos los arriba citados en coche directo del Puerto por Totana para Murcia el 3 de Septiembre.

x 14. Año 1895. x

El día 7 de Julio, y después de descansar un día en la fonda de Patrón en Murcia, salimos mamá y yo para el Puerto, donde nos esperaban las tías Adela y Sissy y los criados Concha, María Ureña y Ángel. Ha hecho la tía Adela una gran obra en la casa del Puerto, obrando en alto el comedor, cocina y despensa y haciendo un inmenso y magnífico terrado. Pasé una temporada muy semejante por todos estilos; y estoy todavía más á mi gusto por el criado Ángel, que es un chico de mi edad, muy simpático...

Fotografía 422: Calle de Ruíz y fachada O. de la casa del autor. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,3 x 10,8 cm.
Fotografía 423: Fachada principal Cs. de la casa del autor. 1917. Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño: 5,9 x 10,7 cm.
Fotografía 424: Patio de la casa del autor. 1918. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 5,9 x 9,1 cm.
Fotografía 425: Patio de la casa del autor. Firmado a mano por F. Cervantes. Tamaño: 5,8 x 10,4 cm.
Fotografía 426: Patio de la casa del autor. 1917. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 10,3 x 6,3 cm.

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