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Descripción archivística
F. Díaz Con objetos digitales
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jóven (sic) patentizaban con tal afirmación su estolidez, porque la cosa es evidente ¿dónde tendría más medios de curarse (y más un estudiante de Medicina) en "madrid" ó en el Puerto. Pues la lógica de esta calumniosa afirmación es la que suele presidir siempre en los raciocinios y juicios de las tertulias y reuniones de este pueblo: y con fundamentos análogos y se turifica ó se deprime á una persona.

Y uniendo esta versatilidad é inconsistencia con la apatía que ya he considerado de antes, resulta perfectamente explicado el porqué es inútil buscar en estos vecinos iniciativas para nada útil ni provechoso; en general son todos como el perro del hortelano, pues si bien no saben, ni son capaces de edificar nada, son verdaderos maestros en el triste arte de destruir lo edificado. Todo lo que allí se ha creado ha sido por impulsos de elementos extraños al Puerto, ó por lo menos separados por la distancia y el cambio de vida de la influencia nefasta de este fatal medio ambiente, pero, eso sí, la nada envidiable gloria de derribar y destruir lo que se edificó, tal vez á costa de no pocos sudores y esfuerzos, corresponde siempre á naturales ó vecinos (contagiados por la letal idiosincrasia local) de la población, que para las iniciativas saludables dormitan en los sillones de sus vínculos, pero para hundir con su lengua instituciones sociales y honras personales, se despiertan y forman demasiado a (...) tertulias, admitiéndose en ellas como dogmáticos artículos de fé las especies más inverosímiles y disparatadas (como lo que, como último botón de muestra) he citado pocas líneas más arriba), con tal de que sean perjudiciales a la fama de una persona, ó destructoras de alguna otra. En el Puerto regla demasiado general, tener como criterio los juicios del famoso boticario del cuento: Que se narra alguna acción laudable, se dice: «—Permítame V. que lo dude», que se cuenta algo malo, y cuando más aparatoso y deshonroso sea, mejor, entonces se dice: «—Como si lo viese».

¡Tristes efectos todo ello de la falta de arraigados princi-

Fotografía 364: Paseo de Cánovas del Castillo. 1918. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 5,9 x 10,8 cm.
Fotografía 365: Paseo de Cánovas del Castillo. 1922. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,1 x 9,4 cm.
Fotografía 366: Paseo de Cánovas del Castillo. 1917. Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño: 6,1 x 10,8 cm.
Fotografía 367: Callejón innominado. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,2 x 10,5 cm.

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regresamos (por Totana) á Murcia mamá, Julia y yo, después de estar unos días en Mazarrón. También comieron con nosotros muchos días mis tías Bernarda y Sissy.

x 7. Año 1888. x

Salimos el 2 de marzo de Murcia para Mazarrón, mamá, Julia y yo con mi tío Agustín y su familia en coche directo, por Totana por supuesto, y por la noche, pues mi abuela estaba gravísima por la fractura de una pierna, teniendo un viage (sic) muy accidentado y con dos atranques, de que tuvo el coche que salir arrastrado por bueyes, por el barro y no estar aun terminada la carretera. El día 13 de Marzo murió mi abuela á los 81 años. Entonces conocí á María Ureña (hija de Leonora, la criada de mis tías Bernarda y Sissy). El 1 de Abril salimos, también por Totana, mamá, la tía Adela (que vivía con nosotros) y la criada Julia, para Murcia. En este mes no hemos estado en el Puerto.

En Julio nos volvimos á Mazarrón mamá, tía Adela y yo, por Totana, con la criada nuestra Lucía, y a los pocos días fuimos al Puerto los mismos, más las criadas que tomó en Mazarrón la tía Adela (las hermanas Paca y Concha). Los tías Bernarda y Sissy pasaron una temporada con nosotros. También fué algunos días mi tío Agustín, pero no con su familia, así es que hubo tranquilidad. Hice poco más o menos la misma vida de los años anteriores, jugando con los mismos chicos, y con Manuel Durán, que veraneó en el Puerto con sus padres, y con Fernando Sánchez, de Alhama. El personal del Puerto era el mismo de los años anteriores. Recuerdo haber estado en los ban-

Fotografía 384: Calle Mayor. 1918. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,2 x 10,7 cm.
Fotografía 385: Calle del Progreso. 1918. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 5,9 x 10,5 cm.
Fotografía 386: Calle del Progreso. 1917. Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño: 4 x 10,7 cm.
Fotografía 387: Calle del Progreso. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 5,5 x 10,5 cm.
Fotografía 388: Patio de la casa de Andrés Cervantes. 1921. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6 x 9,3 cm.

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y á quien hago mi predilecto compañero de paseos y aventuras. Tengo cerca de 18 años y me atraco de cosas no siempre buenas. Este año, y los dos anteriores, me divierto mucho con la tía Sissy y los criados, tocando el aristón que compró hace tres años mi tía Adela para mi diversión. El 13 de Julio me embarqué en un bote de la balandra BUEN AMIGO con el grumete Juan Antonio García y el criado Ángel, que entiende mucho de cosas de mar, y dimos un gran paseo por la bahía; y el 22 dimos los mismos tres otro paseo por la bahía viendo secar el pescado, viniendo también con nosotros mamá, tía Adela y tía sissy; sorprendiendo á todos esta última con 89 años y más de 40 que hacía que no se embarcaba, no se marease. Ha sido una de las temporadas que he pasado mejor, contribuyendo muchísimo á ello la estancia de Ángel, que es un buenísimo muchacho; lástima grande que por hacerse novio de la criada María Ureña, con beneplácito de todos, no pueda volver á casa otro año. Me he dado con el bastantes baños. Hay un nuevo párroco, Don Francisco García Roldán, agradabilísimo y con el cual contraigo amistad. El 4 de Septiembre, después de ayudar a Misa por vez primera en mi vida, salimos por la tarde en coche directo por Totana para Murcia mamá, tía Adela, tía Sissy y yo, con los criados Concha, María Ureña y Ángel. La temporada que, como he dicho, es de las mejores que pasado en mi vida, ha sido de 2 meses.

x Año 1896. 15. x

El día 7 de Julio y en coche directo por Totana llegamos al Puerto mamá, tía Adela, tía Sissy y yo, con las criadas Con-

Fotografía 427: Patio y mirandola de la casa del autor. 1917. Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño: 10,8 x 6,1 cm.
Fotografía 428: Escalera del terrado de la casa del autor. 1917. Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño: 11 x 6,3 cm.
Fotografía 429: Salón de la casa del autor. Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño: 6 x 10,5 cm.
Fotografía 430: Salón de la casa del autor. 1917. Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño: 10,8 x 6,3 cm.
Fotografía 431: Salón y despacho de la casa del autor. 1917. Firmado a mano por F. Cervantes. Tamaño: 6,1 x 10,1 cm.

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primera vez este año, salgo después de cenar. Voy a cumplir pronto 22 años.

x 19. Año 1900. x

El día 9 salimos en coche directo por Totana de Murcia para el Puerto mamá, tía Adela y yo, con las criadas Concha, María Ureña y Rosario. La temporada, de la que no recuerdo detalles especiales la pasé muy bien, como siempre, pero haciendo la vida de los años anteriores, es decir, retraído de la sociedad, y no como el año pasado, que fué una excepción. Voy a cumplir 23 años. Sigue de párroco el Sr. Cayuela y de torrero Gil, que por cierto está muy delicado. El 5 de Agosto llegó mi prima Fuensanta, pasando con nosotros el resto de la temporada, teniendo yo el propósito de hacerme novio suyo. Me embarqué con el botero Miguel los días 19 y 23 de Julio, subiendo este último día á bordo del CISNE. Me dí en la temporada 14 baños. con mucho sentimiento me enteré de la muerte en Madrid de mi querido confesor el sabio y virtuoso párroco de Santa Bárbara Don Andrés Pérez Rivilla, que murió el 29 de Agosto. Hubo varios festejos en Agosto. Paseo casi siempre solo, siendo el faro mi paseo predilecto, donde veo mucho a Don Francisco Gómez y el abogado de Totana Don Luis Zamora. El 4 de Septiembre salimos para Murcia en coche directo y por Totana mamá, tía Adela, Fuensanta y yo con las tres criadas citadas.

x 20. Año 1901. x

El día 3 de Julio salimos de Murcia para el Puerto, por Totana y en coche directo mamá, tía Adela y yo con las criadas Concha, María Ureña y Rosario. Mi vida este verano fué muy semejante a la del año pasado, reuniéndome mucho con José Ripoll y Altea, chico de 18 años, hijo del nuevo ayudante de Marina Don Vicente Ripoll, con el cual me embarqué varias veces. Subo mucho al faro y allí veo mucho á los Sres. Gómez y Zamora, estando cada vez más delicado el torrero Sr. Gil. Sigue de párroco Don Juan Antonio Cayuela. Nos apena mucho la triste suerte del desgraciado don Marín Mulet, que vive ahora con su familia, cesante y casi en la miseria, en...

Fotografía 449: Vista general desde la casa del autor. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 5,1 x 10,8 cm.
Fotografía 450: Vista general desde la casa del autor. 1918. Firmado a mano por F. Soroa. . Tamaño: 5,4 x 10 cm.
Fotografía 451: Vista general desde la casa del autor. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,3 x 10,6 cm.
Fotografía 452: Vista general desde la casa del autor. Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño: 6 x 9,9 cm.

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...y Mariano. En cuanto llegué, fué á verme el Chinchorro, y me da cuenta de la constitución de una Sociedad de resistencia de trabajadores del mar, á la que me propongo proteger, no solo porque pertenecen á ella el Chinchorro y el Lachola (siendo Juan Peluca su presidente), sino por ser de estricta justicia. Me regaló el Chinchorro unos peces de colores y una petaca, y yo á él vistas de Madrid. Todos los días de la temporada, excepto tres ó cuatro, va á casa el Chinchorro por la mañana y yo por la tarde, paseando juntos (Mariano también viene). Hay un nuevo párroco, joven y muy fino y muy simpático. Don Domingo Marín y Navarro, con quien contraemos mucha amistad y todas las mañanas, ó por lo menos un día sí y otro no, va á casa de tertulia. También me hago amigo y trato mucho al nuevo ayudante de Marina Don Francisco Javier de Gaztambide y Delgado, teniente de navío, y voy muchas mañanas a Capitanía, donde está de escribiente Don Martín Mulet. El 7 estuve por primera vez con el Chinchorro en la Chimenea de la fábrica. En el faro sigue Luján de torrero, y voy bastante. El Lachola está desembarcado este año, y siempre que me embarco, que es un día sí y otro no, lo hago con el Chinchorro y el Lachola y casi siempre Mariano; hacemos grandes excursiones marítimas por la mañana ó por la tarde, divirtiéndonos y cantando mucho; son verdaderas juergas. Asisto a la Salve de la novena de Nuestra Señora del Carmen. El Lachola tiene celos de su primo el Chinchorro por estimar (y es verdad) que le prefiero. El 13...
Fotografía 469: Casa de Don Ceferino Albacete. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,1 x 10,8 cm.
Fotografía 470: En el patio de la casa de Don Ceferino Albacete. Calle Nueva. 1922. Firmado a mano por F. Martín Ayllón. Tamaño: 5,6 x 8,8 cm.
Fotografía 471: Fuente de abajo. Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño: 5 x 6,4 cm.
Fotografía 472: La feria. 1921. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,1 x 10,8 cm.
Fotografía 473: Tíovivo en la feria. 1921. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6 x 10,5 cm.
Fotografía 475: Calle de Lucena. 1918. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,1 x 10,6 cm.

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y el Blancores me regalan (y otro el Tolorete) un barco. Los días 15 y 16 de Agosto los pasé constantemente con el Chinchorro y el Lachola con los que, y Juan Peluca, fuí embarcado á Isla Plana el 17. El 20 se embarcó también el párroco Sr. Marín y fuimos al Castellar á coger azucenas. Somos muy amigos del cura, que va á casa por la mañana un día sí y otro no, y alterno con ambos grumetes. Desde el 17 dejé de usar el bote de los Sáez (que á su ruego é insistencia he venido cuando toda la temporada) por ser partidarios de los esquiroles y enemigos de la Sociedad, y negármelo este día como grosera venganza; se palentizan con esto mis simpatías con la gente del Puerto, y me llueven ofrecimientos de barcos, entre ellos de Juan Antonio García diciéndome yo por el Bartolo el Laero, presidente de la sociedad. Llega el juez de 1ª instancia de Totana, Don Ramón Casalduero (que duerme en casa, pues es íntimo amigo de la tía Adela) celebrando una conferencia en mi despacho los dos hasta las 3 de la madrugada, siendo el resultado el sobreseimiento de la causa seguida contra Pedro Álamo; esto aumenta aun más mi propularidad, pero también las críticas de los enemigos de la Sociedad. Al siguiente día se fué el Sr. Casalduero. Muchos días se embarcan con nosotros los hijos de Marta, y tomamos café a bordo del CISNE, y también lo toma á bordo del JOVEN MIGUEL y de la LOLA. El 22 nos embarcamos después de cenar los dos grumetes (les llama la gente contraria mis favoritos), Juan Peluca, Juan Antonio y su hermano Paco (de Marta), Pedro Álamo, un tocador de guitarra y Juan el Mondraga?y yo, para que el Mondraga cantase más guajiras suyas sobre la Sociedad, y otras dedicadas á mí, y á mi madre y tía Adela, á...

Fotografía 479: Calle del Comercio. 1918. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6 x 10,5 cm.
Fotografía 480: La Muralla. Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño: 6,2 x 10,8 cm.
Fotografía 481: Casa de las señoras de Gómez y cuartel de Carabineros. 1922. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6 x 10,8 cm.
Fotografía 482: Patio de la casa de las señoras de Gómez. 1922. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6 x 10,6 cm.
Fotografía 483: Hall de la casa de las señoras de Gómez. 1917. Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño: 7,8 x 6 cm.

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...es que tengo un indudable arraigo en esta población, donde mi familia ha representado siempre el elemento aristocrático de más elevado abolengo, manifiestamente intemperante con los elementos elevados de la nada por las circunstancias de la fortuna (á que tanto se prestan las comarcas como esta, viven principalmente de la industria minera y sus derivaciones), pero siempre afanosa por hacer cuanto beneficio le ha sido posible á su alrededor, como lo indica el respeto que toda mi familia ha inspirado siempre, y el gratísimo recuerdo que de todos sus miembros se conserva hoy día, á pesar de que el tiempo todo lo borra, siendo aun citados con grande y respetuoso afecto los nombres de mis abuelos, tíos y madre.

Era oriunda de Mazarrón la familia de mi abuela materna (Doña Rosa Ruíz y Heredia), cuyos hermanos eran Don Eusebio, político de ideas liberales que falleció el año 1850; Don Juan, abogado, magistrado, diputado á Cortes y gobernador de varias provincias, que falleció el 1853; y Doña María Jesús, casa con Dos Santos Vidal Abarca, también mazarronero; muriendo los tres sin sucesión; y en Mazarrón tenía esta familia importantes bienes raíces y urbanos. La familia de mi abuelo, (Don Agustín Juan y Maurandy) era de origen valenciano, pero por circunstancias no...

Fotografía 5: Vista del faro y sus dependencias (1922). Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 5,8 x 10,6 cm.
Fotografía 6: En la puerta del faro (1921). Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6 x 10,3 cm.
Fotografía 7: El faro (1917). Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño: 10,8 x 6,3 cm.
Fotografía 8: Gasógeno del faro. Firmado a mano por F. Soroa . Tamaño: 10,7 x 6,3 cm.
Fotografía 9: En la puerta del faro (1922). Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 5,7 x 10,3 cm.

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(...) consuegro de Pedro García y Don Pedro Roth, y padre del farmacéutico de igual nombre, con el cual en su lindísima casa con altos con altos del Paseo de Cánovas del Castillo. Tiene convocados como obreros en la fábrica de fundición a varios parientes de su muger (sic), de apellido Sevilla.

También son empleados de la misma fábrica y de origen almeriense los hermanos Don Diego y Don Juan Soler, el primero además agente consular de Uruguay, y ambos domicilios en el paseo Cánovas del Castillo. Agustín Jerez, comerciante, vive en la calle del Carmen y también es oriundo de la provincia de Almería. Está casado con la sobrina de Encarnación Tomás, dueña de una hospedería. Don Ángel María Cánovas, de Cartagena, el gerente de la compañía propietaria de las salinas.

Por haber olvidado hacerlo al tratar el elemento indígena, incluyo aquí a Bartolomé Meca, dedicado al comercio marítimo, rematante de pescado y con una tienda de comestibles en la calle de los Carros.

Andrés Cervantes y González, padre de mi joven y queridísimo amigo y protegido Paco Cervantes, es natural de Garrucha, maquinista de la fábrica de fundición y dueño de una pequeña casa de dos pisos en la calle del Progreso.

Entre las familias que no viven en el Puerto, pero que pasan en él anualmente temporadas más o menos largas, cito en primer lugar a los hermanos Don Ceferino y Don Manuel Albacete y Zamora, de origen mazarronero, que pasan en este Puerto los veranos en las respectivas casas de las calles Nueva y de San Vicente, vecinos de Murcia el primero y de Lorca el segundo. Poseen una gran fortuna, que tal vez se comprometa seriamente por haberles resultado un mal negocio la instalación de una fábrica de harinas en las afueras de Mazarrón. Don Ceferino está casado con (...)

Fotografía 161: Playa de la Isla. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,1 x 10,5 cm.
Fotografía 162: Playa de la Isla. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,2 x 10,8 cm.
Fotografía 163: Isla de Adentro. 1917. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6 x 10,8 cm.

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(...) este vecindario contra sus curas; y no hace muchos años que Don Domingo Marín, celosísimo párroco a la sazón, fue insultado y abofeteado en pleno púlpito y ante el Señor manifiesto, por imponer silencio en uso de su indiscutible autoridad parroquial; a quienes hablaban escandalosamente en el templo sin que ¡cosa extraña! ni aun las más devotos asistentes estuviesen dispuestos a defender ante los Tribunales ni en el expediente que al efecto se formó a su pastor atropellado, disculpándose alguna de las tales con importunos y fingidos éxtasis.

En cambio, como suele suceder cuando no se practica la religión, son numerosísimas supersticiones. En caso de enfermedad es frecuente acudir a curanderos y saludadoras, que recurren a ensalmos. Se valen del movimiento de un cedazo que gire sobre unas tijeras para descubrir a un ladrón. Se admiten (y no sé si alguien los practica) como medios para granjearse el cariño de alguien; o para satisfacer vengativos odios, los hechizos; y no es difícil hallar quien admita con una credulidad las apariciones de seres ultraterrenales. Antes la masonería contaba en este Puerto con bastantes adeptos, sobre todo marinos, y con fines de lucro; ahora afortunadamente parece que no hay masones entre estos vecinos; por lo menos no hay logia masónica en el Puerto, como la había hace ya bastantes años.

Los entierros siempre revisten carácter religioso, y con muchísimo acompañamiento, sobre todo por las tardes a la hora de terminar todos los trabajos. Pero en las casas mortuorias se despide a los difuntos de una manera muy poco cristiana, pues se les hace un duelo completamente pagano, con plañideras y lloronas, que son las parientas, amigas y vecinas, armando un monumental y ridículo escándalo con sus chillonas lamentaciones y elogios al difunto, no siendo raro oír hasta referencias a los detalles más íntimos de la vida matrimonial. Y que todo esto es cosa (...) y puramente convencional, lo prueban estos botones de muestra: Un marido, después de desgañitarse llorando a su esposa, preguntó a los visitantes con el tono más natural del mundo: «¿Ya he llorado ya bien?». Una viuda, sin duda, como protesta contra las dudas de un cariño conyugal, decía: (...)

Fotografía 180: Inmediaciones de la Reya. 1922. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,1 x 10,6 cm.
Fotografía 181: Camino de la Reya. 1922. Firmado a mano por F. Jorquera. Tamaño: 5 x 8,4 cm.
Fotografía 182: Peñascos de la Reya. Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño: 6,2 x 10,7 cm.
Fotografía 183: Fábrica del esparto. 1922. Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño: 6,2 x 10,8 cm.

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Respecto á las mujeres dan también buen contingente á las malas costumbres. La prostitución oficial solo tiene un establecimiento en el Puerto, el inmundo burdel del Rihuete, donde hay cuatro ó cinco mujerzuelas de la más baja estofa y más barata cotización; pero su clientela es más bien forastera, pues pueden acudir allí los marineros de los barcos que hacen largas carreras. La juventud de aquí salvo raras excepciones, se abstiene, en general, de ir a la asquerosa zahúrda, y no ciertamente por virtud, sino por miedo á contagios ó por timidez; y si algunos van rara vez no es á consumar cópulas pasageras (sic), sino de broma y por petulancia, por creer, en su brutal ignorancia, que es cosa de hombres el trato con esas envilecidas, pero desgraciadas mujeres, que luego les sirve para sus ridículas y desvergonzadas jactancias en sus conversaciones, tratando de probar así una virilidad de la que carecen.

En cambio, la prostitución clandestina, secreto á voces, es muy numerosa, y todos conocemos buen número de mujeres fáciles, solteras y casadas, y muchas de estas con la tolerancia y beneplácito de los correspondientes maridos; sobre todo, cuando el envilecimiento de la esposa reporta dinero ó favor con personas influyentes; siendo también los padres en no pocos casos seguidores del mismo criterio con sus hijas. Estas uniones ilícitas son más frecuentes en hombres de posición y de mediana edad que en los jóvenes, que son únicamente muy lenguaraces y se jactan de lo que no hacen. Hay muchas parejas amancebadas, bien por descuido de casarse, bien por convenio vicioso, y las mancebas no inspiran repugnancia á las mujeres que por honradas se tienen, sino que las admiten complacientemente en su trato; y aun se da el caso de que los hijos e hijas ilegítimas del querido (en ocasiones de los más distinguidos de la localidad) traten como a madrastras y aun llamar mamá á la despreciable concubina de su padre. En la créme de aquí es cosa admitida y usual hacer queridas. No es en esto peligrosa la juventud masculina, que carece de valor y del ingenio, que siempre supone, aun en el orden inmoral, una conquista; con sus petulancias lenguaraces e indecentísimas, tal vez la frecuentación de lupanares al hacer algún viaje (lo que les da materia abundantísima para sus soeces conversaciones por largo tiempo, y siempre exagerando y mintiendo descaradamente) se dan por muy contentos. En ellos (y en ellas), la masturbación (hábito adquirido en su temprana edad con otros vicios deshonestos y el lenguaje más generosamente obsceno) es cosa corriente, y bien lo demuestran los descoloridos y ojerosos rostros de los aprovechados sujetos. Como síntoma, pues me consta otra (...)

Fotografía 210: Playa del Castellar y rodal de las azucenas. 1919. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 5,8 x 10,5 cm.
Fotografía 211: Efecto de luna en las salinas. Firmado a mano por F. Díaz. La luna está remarcada con lo que parece lápiz. Tamaño: 6,6 x 6 cm.
Fotografía 212: Las salinas. Firmado a mano por F. Díaz. Tamaño:5,8 x 6,2 cm.
Fotografía 213: Las salinas. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 5 x 10,7 cm.

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