- Agrupación por soporte
- 1921
Parte de FONDO FOTOGRÁFICO
Otro defecto, que no puede por menos de reconocerse en la gente del Puerto es la cobardía. Tiránse? a muerte unos á otros por la espalda, dirigense (sic) los mayores improperios; perjudicarse en todo lo perjudicable unos á otros; no haya cuidado que vengan á las manos. Si esto supusiese virtud sería digno de toda clase de loares, pues supondría el reinado de la verdadera caridad cristiana. Pero no es esto; y la prueba, como digo, está en que, á mansalva y resguardados por la ausencia, se desuellan unos a otros, y ya he hablado sobradamente de los odios, envidias y chismes del ambiente; de modo que no es humildad ni caridad, es sencillamente falta de calor perfectamente manifiesta. A la espalda, cuando hay resentimientos, se echan mil bravatas, y hasta se habla de disparar tiros de matar, etc, pero al verse los adversarios, no se tenga cuidado, que no ha de llegar la sangre al río. Se dirige una grave injuria á un jóven, y al manifestarse sorpresa al ver que se aguanta la contumelia, contesta el afrentado, que se ha aguantado por no comprometer á su padre. Hermosísimo sería todo esto hecho por santa virtud cristiana, pero desgraciadamente no se obra así más que por cobarde timidez; y en esta afirmación no hay temeridad, porque si fuera virtud, no estaría sola, sino acompañada de otras; y sobre todo, no habría odios ni traidoras y a leves habladurías, que suponen mayor perversión por lo frías y estudiadas que los acometimientos personales, que tendrían la atenuante del arrebato y la obcecación. Hasta los chiquillos en sus disputas, ofrecen un síntoma típicamente curioso y revelador de esto que afirmo; porque no dicen, como en todas partes: «—Me cago en ti», sino: «—Mira, me voy a cagar en ti». ¿Puede caber esta virtud en personas que hallan verdaderos horrores de otras con quienes van siempre, ó muchas veces, juntas? No es virtud, no (como observamos fríamente los conocedores de este personal) que en las grandes aglomeraciones de gente y en las dimensiones entre trabajadores no haya peleas; es solo cobardía; como igualmente es cobarde timidez el temor á la soledad por sitios retirados (por otra parte muy seguros y vigilados por los carabineros), y la tendencia á huir en cuanto se crea peligroso, aunque se trate de auxiliar a alguien. No es humildad el sentimiento que les permite sufrir en ocasiones las más injustas vejaciones y no pequeñas injustificadas suposiciones; es miedo y servilismo, pues podrían, y aun debían protestar de ciertos abusos, que en otros sitios resultarían inverosímiles y de los que después me ocuparé. Así se explica que, cuando hace unos pocos años y como consecuencia de la pertinaz sequía había gran escasez de agua en las dos fuentes públicas, se tolerase y aguantase que la poca agua que del depósito venía no llegase á las fuentes sino en las horas más tempranas de la mañana y con molestia grande para el público, por emplearse este agua en el riego...
Fotografía 303: Vista desde el muelle de arriba. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,1 x 10,7 cm.
Fotografía 304: Vista desde el muelle de arriba. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 6,2 x 10,7 cm.
Fotografía 305: Barracón para el remate del pescado. Firmado a mano por F. Soroa. Tamaño: 5 x 10,5 cm.
